miércoles, 22 de junio de 2011

Cuatro preguntas a IIbsen Martínez sobre El señor Marx no está en casa



El Señor Marx no está en casa de Ibsen Martinez

Roberto J Lovera De Sola


Nos da gusto en nombre de la Fundación “Francisco Herrera Luque” recibir en nuestro Círculo de Lectura al escritor Ibsen Martínez(1951), dramaturgo, guionista de televisión, celebrado columnista de opinión y también novelista, faceta suya en la cual deseamos detenernos especialmente esta tarde. Y lo hacemos parándonos ante su segunda novela: El señor Marx no está en casa.(Bogotá: Norma, 2009. 272 p.) que es predominantemente una novela histórica, y también una manera de mirar los sucesos de la historia haciendo sobre ella una mirada desde este presente, que es como se escribe la historia o se la recrea como es el caso de este volumen.
Es un libro sobre una figura central de la filosofía universal, con proyecciones políticas no muy felices, como lo fue el alemán, nacido en Treveris, Carlos Marx(1818-1883) y centrada especialmente en su hija Eleonora Marx (1855-1898) y en un suceso, de tanta actualidad hoy como lo es la agresión y abuso sexual sucedido dentro de las paredes de la casa familiar de los Marx.

El señor Marx no está en casa se sitúa en el tiempo de Marx en Londres, a donde llegó en 1849 y residió allí hasta fallecer allí treinta y cuatro años más tarde. Vivió entre dos revoluciones parisinas, la de 1848 (Febrero 22-25,1848) y La Comuna(Marzo 18-Mayo 21,1871) pero ninguna revolución triunfó ni la de 1848, ni las por él vaticinadas de 1853 y 1857, ni la de 1871. Por cierto el día anterior del levantamiento parisino de 1848, el 21 de Febrero, Marx y su amigo y colaborador de toda la vida, el también alemán Federico Engels(1820-1895), publicaron en Londres el Manifiesto comunista, pequeño folleto que tuvo en adelante extensa trayectoria, como todos los escritos revolucionarios, aquel panfleto, que iba a conmocionar el mundo, se iniciaba con las palabras “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”.

Aunque la gran contribución suya al pensamiento occidental la hallamos cuando leemos lo expresado en el número XI de sus Tesis sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Hay que recordar también que si bien Marx escribió muchísimo en vida solo publicó los libros: Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro (1841) que fue su tesis doctoral; Sobre la cuestión judía (1843); La crítica de la filosofía del derecho de Hegel (1844); Trabajo asalariado y capital (1845) La sagrada familia(1845), el primer libro escrito en colaboración con Engels; La miseria de la filosofía (1847); el Manifiesto Comunista(1848), Circular del Comité Central a la Liga Comunista(1850), Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850(1850), El 18 brumario de Luis Bonaparte (1851-1852) considerado su mayor texto de análisis político, “Bolívar y Ponte”(1858), su controvertido y erróneo estudio sobre el Libertador a quien él un eurocentrista no pudo compender, su Contribución a la crítica de la economía política (1859) y el primer tomo de El Capital (1867) porque ni los importantes Manuscritos económico-filosóficos de 1844 ni los célebres Grundrisse vieron la luz en vida de su autor.

El hecho de que El señor Marx no está en casa suceda en Europa, y en muy buena parte en la Inglaterra victoriana, no deja de ser fascinante porque eso es siempre entrar en el siglo XIX para comprenderlo y estudiarlo, interés que implica detenerse ante romanticismo y los movimientos sociales que trataron de cambiar la faz de la sociedad, sobre todo los días del socialismo utópico que siempre hemos considerado uno de los grandes movimientos humanistas, que llegó incluso hasta Marx y cambió y se alteró cuando Vlidimir Ilich Lenin(1870-1924) transformó el marxismo de Marx en el suyo propio, sobre todo en su obra El Estado y la Revolución(1917), así lo que llegó al poder en Rusia, tras la toma del Palacio de Invierno, la llamada Revolución de Octubre, el 25 de Octubre de 1917 pues Rusia se regía por el calendario juliano, en Europa era aquel día 7 de Noviembre, no fue lo pensado, e incluso lo soñado, por Marx sino lo re-inventado por Lenin. Marx, no hay que olvidarlo, siempre escribió pensando en los países capitalistas avanzados y no en la pobre y rural Rusia de los Romanov. El horror vino con el régimen soviético, con Lenin y especialmente con Joseph Stalin(1879-1953).

Es imposible no señalar, ya con la novela de Ibsen Martínez en la manos, el impecable conocimiento de la biografía de Marx que posee este autor, sobre todo de su correspondencia, y la comprensión de su época que exhibe, lo preciso en su descripción de aquel Londres o su mirada al transcurrir del movimiento de La Comuna visto desde la perspectiva del suceder de la vida de los Marx que lo siguieron día a día, por no decir hora a hora.

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