jueves, 30 de junio de 2011

Crisis financieras extremas

Boris Ackerman Vaisman

Cuando los gobiernos son lo suficientemente incompetentes, son capaces de llevar las crisis financieras a situaciones extremas bastante particulares, como por ejemplo, mezclar la inflación con la recesión o llevar la inflación a niveles incontrolables

Como siempre, la incapacidad de algunos poderosos o posiblemente su mala intención, llevan a muchas personas a perder sus patrimonios. Así que hoy explicamos algunas de las características de esas crisis "extremas".

Hiperinflación
Algunos expertos describen la hiperinflación como un proceso en el cual el incremento de precios es de al menos 50% cada mes y en América Latina, han ocurrido varios procesos de ese tipo, por ejemplo en Argentina, Brasil y Perú. En Europa se relaciona el surgimiento del nacionalsocialismo con la hiperinflación ocurrida en Alemania en la década de 1920que dejó a ese país en estado de postración. Durante un proceso hiperinflacionario es muy común que multitudes de personas pierdan los ahorros de su vida.

Al conocer las características de una hiperinflación, debemos entonces evaluar las posibles opciones de protección que podamos tener ante una crisis de gran magnitud, entre otras alternativas, se considera que algunas defensas podrían ser la adquisición de activos fijos, el adelanto de consumo, y la utilización de deuda para comprar bienes que no pierdan valor con el colapso, sin embargo, antes de decidirse por el endeudamiento, es de suma importancia medir el costo del dinero a pedir prestado y, claro, compararlo con los niveles de ajuste y la inflación que este ajuste generará.

De igual forma que en períodos inflacionarios, pero esta vez con aún más justificación, la clave en tiempos de hiperinflación es la información y el análisis realista de la situación, y claro está, el no creer en lo que los demás quieran que creamos. Está claro que los funcionarios públicos van a negar los hechos y decir que las cosas seguirán de maravilla, lo mismo harán algunos actores interesados de la economía, empresarios, banqueros, etc. De ahí que debemos generar nuestros propios juicios con base en análisis relativamente sencillos, pero conscientes y no sesgados.

¿Qué hay que hacer en hiperinflación? Lo fundamental es estar informado y prepararse. Y ojo, ningún país está libre o es inmune. Los precios de bienes y servicios se irán al cielo, pero quienes adquieran bienes durables o divisas y se endeuden inteligentemente, sobrevivirán. Toda hiperinflación viene en combo con un alza muy pronunciada en el precio de las monedas extranjeras, sin embargo, es posible la existencia de colapsos en la moneda de un país sin la existencia de procesos hiperinflacionarios.

Estanflación
Hay gobiernos que nos llevan al peor de los mundos. Es un tipo de crisis que combina inflación con recesión y se denomina estanflación. No es sino una depresión o recesión, pero con inflación. Este tipo de fenómeno tan inclemente pasa cuando el Gobierno asfixia a la economía con expropiaciones, amenazas, impuestos y regulaciones, emite demasiado dinero y a la vez hace emisiones de títulos de deuda "atractivos", que desvían la inversión desde el sector privado hacia el gasto público especulativo.

"Informaciones emitidas por los Estados
siempre deben ser verificadas y vistas con sospecha
pues responden a los intereses particulares
de quienes detenten el poder"


¿Qué se hace en una estanflación? Lo primero es dejar de pensar en monedas locales; olvídese de los pesos, soles, bolívares, quetzales o lempiras, vea el mundo desde la perspectiva del poder adquisitivo constante.

Puede que las monedas que se conocen como "divisas fuertes", es decir, los dólares, euros, libras, yenes o francos suizos no logren dar cobertura a todos los riesgos, incluso el dólar puede no cubrir todos los riesgos. Es así como se sugiere hacer mediciones en función a lo que se pueda comprar, es decir, a su poder adquisitivo. Y ojo, ese poder adquisitivo no necesariamente debe calcularse con base en la inflación oficial, la inflación que dan los gobiernos es un indicador que muchas veces está manipulado; para medir el verdadero aumento en el precio de los bienes y servicios le sugerimos que prepare su propia canasta de consumo y mida el valor mes a mes, se sorprenderá de que lo más seguro es que esta canasta estará subiendo casi siempre en forma más veloz que los indicadores inflacionarios que den las autoridades. Recuerde que las autoridades mienten y maquillan sus números en función a intereses políticos.

Lo más importante en todas estas consideraciones es que llevar su contabilidad en moneda local carece de sentido, la puede llevar en monedas fuertes, en gramos de oro o en función a unidades de canasta de consumo regular (si usted es más detallista y tiene tiempo para eso), pero jamás en monedas emitidas por Estados irresponsables que no son capaces de respetar a sus ciudadanos pagándoles en unidades que tiendan a mantener su valor al menos por un tiempo prudencial.

Vivir en estanflación es algo así como el peor de los mundos, una mezcla de inflación con estancamiento o retroceso económico. Es vivir una recesión en la cual hay que ser flexible y creativo, pero en vez de seguir midiendo su situación en moneda local, deberá además ingeniarse para hacer sus cálculos en alguna unidad de cuentas indexada al aumento de precios.

Como se puede observar, en general, la gente siempre es débil, y puede sin duda ser gravemente afectada por las malas políticas de los gobiernos. Los representantes del Estado siempre buscarán ocultar las verdades y maquillar la verdad, de ahí que informaciones emitidas por los Estados siempre deben ser verificadas y vistas con sospecha pues responden a los intereses particulares de quienes detenten el poder, los cuales no son necesariamente idénticos o al menos parecidos a los suyos. Le toca además de ser crítico, buscar e identificar fuentes de información alternas y más cercanas a sus propias realidades.

EMEN

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