lunes, 27 de diciembre de 2010

Inception-Origen, de Christopher Nolan


En su paranoia conspiratoria P.K.Dick lo vió claro:
Tomado según las instrucciones, Ubik le depara un sueño ininterrumpido y un despertar libre de molestias. Con Ubik, usted se levantará fresco como una rosa y dispuesto a enfrentarse a esos pequeños problemas que le preocupan.
No exceda la dosis aconsejada.
(...)
—¿Le dice algo la palabra “Ubik”, señor Chip? —preguntó Francesca Spanish.
Joe tardó un momento en asimilar la pregunta, pero en seguida repuso:
—Por el amor de Dios, ¿no sabe distinguir entre manifestaciones de...?
—Francy sueña cosas, siempre lo ha hecho —terció Tippy Jackson—. Cuéntale el sueño del Ubik, Francy. —Se dirigió a Joe—: Ahora le contará el sueño del Ubik, como lo llama ella. Lo tuvo anoche.
—Lo llamo así porque trata de eso —afirmó de mal talante Francesca Spanish, juntando las manos en un arrebato de excitación—. Mire, señor Chip, no fue un sueño como los que he tenido hasta ahora. Bajaba del cielo una gran mano, como si fuera la mano y el brazo de Dios. Era enorme, del tamaño de una montaña. Yo sabía en seguida lo importante que era; estaba cerrada, aquel puño era grande como un peñasco y yo sabía que escondía algo tan valioso que mi vida y la vida de todos los habitantes de la Tierra dependían de ello. Esperaba que el puño se abriera, y se abría. Yo veía lo que había dentro.
—Un bote de aerosol —dijo secamente Don Denny.
—En el bote —prosiguió Francesca Spanish— se veía una palabra escrita en grandes letras de oro que resplandecían, letras de fuego dorado que componían la palabra Ubik. Nada más, sólo aquella extraña palabra. Entonces la mano se cerraba de nuevo alrededor del frasco de aerosol y el brazo y el puño desaparecían, yendo a ocultarse tras una especie de techo de nubes grises. Hoy, antes del funeral, he buscado en el diccionario y consultado en la biblioteca pública, pero nadie sabe qué significa aquella palabra ni a qué idioma pertenece, y no viene en el diccionario. El bibliotecario me dijo que no es inglés. En latín hay una palabra que se le parece: ubique. Significa..
—”En todas partes” —dijo Joe.

La ubicuidad es uno de los atributos de dios y en la novela de P.K. Dick es empleado como mensaje insertado en la realidad de los protagonistas.

La vida es sueño, ya lo sabemos.

Después de Dick el tema de la imposibilidad de captar la existencia de la realidad (un tema desarrollado por Bertrand Russell y la escuela de Berkeley) es popularizado por el cine. Véase Blade Runner, Matrix y ahora Inception-Origen.



Ahora bien, una reflexión rápida. La promesa de un mundo mejor es una falacia para evitar que nos rebelemos contra la injusticia inherente del Sistema. Da la impresión de que la promesa de un cielo para los buenos-sumisos que soportarían así las penalidades de la vida cotidiana está siendo sustituida por la creencia en la posibilidad de que nuestra vida es una ficción y que la verdadera “realidad” nos será revelada en su momento. Pero de momento debemos de esperar pacientemente y seguir consumiendo que es lo que mantiene al sistema en funcionamiento.
Algo no funciona en mi razonamiento.

EL LAMENTO DE PORTNOY

"Donde quiera que voy es el infierno porque yo soy el infierno".

"Es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo."



Comentario de Lula: Bueno, el problema es que es verdad que lo que percibimos no es la "realidad". La "realidad" es un montón de partículas interactuando entre ellas de mil formas. Cuando "vemos" un objeto lo estamos construyendo en nuestra mente a partir de una pequeña parte de las radiaciones electromagnéticas que rebotan hasta nuestra retina, y donde hay una red de átomos vemos una superficie verde, o azul, o roja... Estamos navegando en una piedra que gira sobre sí misma, y en torno al sol, y en torno al núcleo de la galaxia, rumbo a no se sabe dónde ni por qué. Y para colmo, eso que "percibimos" no es más que el resultado (?) del fluir de una corriente de electrones por esa red de células que hay por ahí arriba. Vamos, que el parecido entre lo que somos (?) y lo que creemos ser, es mera coincidencia. Lo raro es que no nos tiremos a un precipicio. Ese es el misterio.

Los tres estigmas de Palmer Eldritch

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